lunes, 2 de noviembre de 2009


TOLERANCIA CERO, la única salida

Es común escuchar que no hay seguridad, que todo cambió para peor, que esto no da para más.
Y es cierto, desde el crecimiento del delito, el planteo es correcto.
La pregunta es ¿Quién hace al delincuente? O ¿Es un grupo humano como cualquier otro, cuya característica principal es el vivir de la violencia, en la violencia y a costa de los demás? ¿Surge por generación espontánea?
Y esta es válida en la medida en que tengamos en mente, que en esta espiral de delincuencia, cada día mayor, en su origen no sólo están los que roban, matan, secuestran, sino la sociedad toda, con sus modos, valores, conductas, transgresiones, excusas, etc.
No se trata de imputabilidad o no de los menores, sino simplemente de responsabilidades de cada uno según su edad, actividad, rol en la sociedad.
En una palabra, el concepto que tenemos del otro, marca en gran parte nuestra conducta en sociedad.
Y en un país donde en principio se mira al desconocido con reservas, desconfianza, subestima y no pocas veces, desprecio, llámese por color de piel, estudio, aspecto, actividades etc., hace que en ello radique el origen del problema
Si no lo respeto por ser otro, mis consideraciones hacia él carecen de valores, y una vez perdidos estos, al delito hay tan sólo un paso.
Los que económicamente están bien, no necesitan ir a robar, pero su falta de deferencia hacia sus conciudadanos, los puede tentar en caer en la corrupción, que es el desenfreno de los que tienen, a diferencia del robo o el crimen que, salvo en los casos de venganza, son patrimonio de los llamados “desposeídos”.
¿Si tolero el mal menor, donde está el límite del mayor?
Es por ello que el concepto “Tolerancia cero”, puesto en marcha en la ciudad de Nueva York en época del alcalde Giuliani , partió de esa premisa, algo así como no permitir que se rompa el primer vidrio, para que no se siga rompiendo el resto.
Tan sencillo como eficaz, pero también llega a la ciudadanía toda, llámese desde la transgresión, como el uso del celular mientras se maneja, el no permitir el paso al peatón en las esquinas, el estar dispuesto al “arreglo” en beneficio propio y en desmedro del resto. El mensaje es: “Ser fieles custodios de la ley y celosos de su cumplimiento”.
Una sociedad que tiene consideración y respeto por sus ciudadanos, siempre va a tener quien vulnere sus leyes, pero es una ínfima minoría, a diferencia de aquella otra, llámese la nuestra, donde de una manera u otra, nos sentimos exceptuados del cumplimiento de la ley, olvidando que detrás de nosotros, están los demás, padres , hijos, amigos, la sociedad toda.

Fernando Jijena Sánchez


miércoles, 30 de septiembre de 2009

ROMAN  POLANSKI

Señor Director:
No puedo menos que sentirme azorado, ante la detención de un famoso cineasta acusado de drogar, violar y sodomizar a una adolescente de trece años hace treinta y un años; pero no por su detención, sino por el "apoyo", sí, no me equivoco, de otros cineastas muy famosos.
Hasta quieren enviar una carta a Hilary Clinton para que intervenga ante "tamaña injusticia" y lo dejen en libertad, en méritos que acreditó como director de cine y que nadie pone en duda, pero subestimando el gravísimo delito cometido, eso sí hace ya mucho tiempo.
Triste destino el de aquellas mujeres que por no tener renombre, tienen que vivir a la sombra de los que se sienten con poder para hacer lo que se les da la gana.
Loable y ejemplar la actitud de la justicia suiza y norteamericana que pidió su detención.

Fernando Jijena Sánchez

Publicada en el diario La Nación el día 30 de setiembre de 2009

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Carta a Agustín Elías, Príncipe de Albanta

Me gustaría que encuentres un lugar donde te sientas feliz de vivir.
Que formes una familia.
Que te realices vocacionalmente.
Que valores el bien ganado.
Que olvides el bien perdido.
Que logres lo que tanto anhelas.
Que busques menos.
Que lo importante es lograr lo que uno espera,
no el tiempo, ni el esfuerzo que te llevó a ello.
Que al fin y al cabo , cuando te des cuenta que has encontrado lo que tanto deseabas,
comprenderás que la persona que tienes delante tuyo,
sos vos mismo.
Tu papá




lunes, 14 de septiembre de 2009

UNA ILUSIÓN, DOS MUNDOS, LA MISMA MESA...







SER MÉDICO Y BOMBERO...


Había chocado un tren y una mujer queda con el brazo atrapado entre dos vagones. Imposible el rescate por la rigidez del metal que conformaba el tren.
Una sola alternativa, amputar el brazo, ahí en medio de la vía y del dolor.
No recuerdo porque estaba presente, vinieron los médicos y luego de atenderla la llevaron al hospital para que se repusiera de su “intervención quirúrgica”.
Un amigo que era bombero, me comentó que importante sería tener un médico bombero.
Así de sencilla fue mi incorporación a los Bomberos Voluntarios de Almirante Brown. Corría el año 1975.
Me fui integrando de a poco, hasta que descubrí una frase escrita en un monumento a los bomberos: “Nada los obliga, sólo el dolor de los demás”.
Quince años presté servicios, y algunas veces compartí algún desfile vestido de oficial de bomberos.
Anécdotas, muchas e inolvidables, cuidando a mis compañeros y ayudando a las víctimas.
No hace mucho, una mujer me encontró en la calle y me agradeció haber salvado a sus hijos en un incendio.
Pero hay algo que me llama la atención y me emociona, como estar caminando por Adrogué, y que se me acerque un hombre, muchacho y me dé un abrazo. No siempre lo recuerdo pero por el  gesto reconozco, es un bombero…

Fernando Jijena Sánchez

















viernes, 21 de agosto de 2009

ANTE LA CONSULTA DE UNA MADRE...

Estimada mamá:
La muerte de un hijo es una experiencia única en la vida de cualquier persona. 
No tiene calificativo, al menos en español.
Cada uno la vive a su manera, tampoco hay reglas a cumplir. 
Se puede llorar, vivir en silencio, ir para adelante o para atrás.
De lo que no podemos hablar, aunque parezca paradójico, es de ausencia. El hijo más que nunca, está simplemente con nosotros.
Es muy difícil compartir esta experiencia, salvo con los familiares directos.
Quizá sea por ello que la vida de alguna manera "continúa", y nada más; pocas cosas son tan íntimas como la relación con este hijo.
Está presente en la vida de cada uno, todos los días, todas las horas.
Lo mejor es el amor que no muere, que nos lo hace sentir entre nosotros, amándolo siempre.
Con ello viene la paz de nuestro espíritu.

(En memoria de mi hijo Andrés Lucas, 15 nov 70-16 set 96 )




CANTO A  ANDRÉS  LUCAS...


          Sencillo,  grácil,  armonioso
             Mirada profunda, todo ternura.
             Soñador como ninguno, la realidad lo hería.
             Fuerza indomable, sensibilidad exquisita.
             Visionario, guía  fantástico que a todos conocía.
             Marcó un rumbo,  sembró amor y esperanza.
            Fue Quijote, Poeta, Hijo Pródigo.
            Se quedó sin nada para no dejarnos las manos vacías.
            Partió al llegar la primavera, con las primeras flores,
            al amanecer, para que no olvidemos que para que la
            vida merezca ser vivida, tenemos que hacerlo con
            generosidad  y alegría.

                                                        Su padre


                                       Bruno, un canto a la vida...











domingo, 16 de agosto de 2009

 LOS ELOGIOS

En una oportunidad, Sir Winston Churchill comentó que al duque de Wellington le preguntaron “Si volvieseis a vivir otra vez, ¿Hay algo que podrías hacer mejor? Y el anciano replicó: Sí, dispensaría más elogios” (Historia del Arte de la Guerra, Mariscal Montgomery, Aguilar, 1969)
Aparte de lo interesante del libro de referencia, que he leído y releído con sumo deleite, la frase me hizo reflexionar sobre algo tan ausente como necesario, tan gratuito como esperado.
Gran parte de nuestra vida la hacemos en relación con los otros.
En muchos casos aceptamos ser “calificados”, como cuando hacemos algún estudio, ó en ciertos vínculos laborales, pero el la mayoría de las veces la apreciación es silenciosa, no existe, o nos enteramos circunstancialmente por el comentario de terceros.
¿Quién no recuerda de su época de escuela? “Rodríguez a la dirección” con la consecuente pregunta, ¿Qué habrá pasado? ó ¿Qué hice?, y unos años después en el trabajo, la misma orden e igual sensación de temor al reproche, a la crítica, a la sanción ó al despido. Es que son contadas las veces en que un llamado de ese tipo, va seguido de una felicitación, un simple reconocimiento, un ascenso.
Y no termina ahí la cosa, sino que la necesidad de elogio, es una de las carencias que más debemos superar, que más nos afecta en nuestra autoestima.
Quizás sean resabios de nuestra infancia, tan elementales como importantes, como el afecto de nuestros padres y familiares, primeros maestros, pero los cierto es que nunca nos acostumbramos, ya de adultos, a renunciar a algo tan preciado como el sentirnos elogiados; es como una caricia, una palmada en el hombro, algo que nos distiende, nos estimula a seguir adelante, es un poco el ver que los demás se dan cuenta que existimos y nos valoran.
No solo hay que esperar el elogio de los otros, sino tenerlo presente a fin de dispensarlo con sinceridad y generosidad a todos los que nos rodean, familiares, amigos, dependientes nuestros en sus distintos niveles y que también esperan dicho estímulo.
Por otro lado la contracara del elogio es la crítica, que nos genera la mayoría de las veces la sensación de descalificación, de herida en el alma, de malestar e incomprensión.
Es que frente a ella sentimos dañada nuestra estima personal, por ello la inseguridad que produce en muchas personas, algo muy difícil de asimilar.
En definitiva, lo mejor será siempre el equilibrio ente ambos extremos, en la firme convicción de que el elogio no nos haga sentir más de lo que somos, ni la crítica menos apreciados por los demás, de tal manera que la autenticidad, responsabilidad y convicción de nuestro accionar, sean nuestro mejor espejo en el trajinar de nuestras vidas.


Fernando José Ignacio Jijena Sánchez


EL SENTIMIENTO DE SOLEDAD


Los sentimientos marcan nuestra afectividad, le dan como una tonalidad, que es de carácter bastante duradera a diferencia de las emociones que son transitorias. Nos impregnan de alguna manera nuestro vivir diario, nos acompañan como un telón de fondo, condicionan nuestros pensamientos y nuestras actividades, y otras veces son parte importante de nuestra personalidad.
Los vivimos en nuestra intimidad, pero al mismo tiempo los expresamos, muchas veces sin darnos cuenta, lo cual hace que los demás ‘perciban’ lo que nos está sucediendo. Otras veces no los registramos con claridad, no sabemos cómo definirlos, o simplemente los negamos, intento que en general nos resulta vano y necesitamos que alguien nos lo confirme. Recién ahí los reconocemos como tales con un: ‘¿te parece?’
Por ello hablamos de un sentimiento de plenitud, de alegría, de tristeza, de pena, de desagrado, de frustración, de triunfo, y así muchas otras variantes más. Aunque pocos sentimientos nos son más penosos que el de soledad, palabra cuya mención genera en más de uno, angustia, temor, dolor. Pocos son los hombres o mujeres que pueden darse el gusto de manifestar que nunca la han sentido en algún momento de su vida.
Estar sólo, sentirse sólo, decidir en soledad, tener la necesidad imperiosa de salir de ella, no son sino matices de un mismo problema. Es que parecería que no hay edad, función, ni situación, que no tenga un momento de soledad. La sentimos fuertemente cuando parten nuestros padres, como si se nos cortaran las raíces, y cuando es un hijo, la soledad se convierte en vacío insondable. Nos cuesta mucho aceptarla y por ello buscamos tomar distancia en esa búsqueda de compañía que nos devuelva la paz, la alegría, o las ganas de seguir viviendo.
Médicos, psicólogos, sacerdotes, son los que con más frecuencia se enfrentan a tan simple como desafiante dilema: ‘Me siento sólo, estoy sólo, me quedé sólo, no aguanto mi soledad’. De todas maneras, sino la vida la experiencia profesional, me ha acercado más de una vez alguna idea de cómo superar el sentimiento de soledad. Me refiero a la SOLIDARIDAD, algo que suena casi igual, y que es uno de los caminos por los cuales podemos iniciar el camino de vuelta.
La solidaridad va de la mano de la generosidad y desemboca indefectiblemente en el ‘otro’, en ese otro que probablemente esté viviendo su soledad. Aquel que nos necesita, que espera de nosotros, que suele estar más cerca de lo que pensamos. Muchas veces un familiar directo, esposa, hijo, hermano, amigo, compañero de tareas es a quien podemos brindarle afecto para darle lo propio, muchas veces nuestra nada, para que poco a poco, vamos descubriendo que hemos dejado de estar solos.
No es buscando recibir, ni tratando de saciar nuestra sed de soledad a través de terceros que nunca aparecen, como se sale de este sentimiento. Por eso, a toda persona que esté pasando por momentos difíciles, en los cuales el sentimiento de soledad sea importante, la invito a reflexionar e intentar poner en práctica estas ideas, con la casi seguridad de que no se sentirá defraudada, sino que verá que muchos problemas se solucionan intentado verlos desde un ángulo diferente como alternativa para encontrar un nuevo camino.

Fernando Jijena Sánchez



        La solidaridad es lo que más nos aleja de la soledad



ACOSO SEXUAL EN LA INFANCIA, SU PREVENCIÓN

Pocas cosas irrumpen con tanto dolor, indignación, culpa y desconcierto, como el enterarse que un hijo, sobrino o nieto ha sido víctima de acoso sexual.
Pero al mismo tiempo es muy difícil que los padres, en particular, concurran a la consulta para interiorizarse acerca de la prevención del tema de referencia.
El primer error, si así puede llamársele, es el creer que negando ciertas cosas, evitamos que sucedan. Por ello hay tantas de las que “no se habla”, por la simple razón que generan mucha angustia.
Sin embargo veremos que si bien es imposible prevenirlo en un cien por ciento, hay toda una gama de medidas y charlas que podemos tener con los pe-
queños a fin de que sepan mínimamente como actuar.
Partamos del principio que es imprescindible que dentro de la familia se desarrolle y estimule la comunicación entre sus miembros, elemento fundamental en lo que se hace a todo tipo de prevención.
Por otra parte todo aquello que favorezca lo secreto, lo vergonzoso y lo culposo, es material propicio para que nuestros hijos sean víctimas del acoso sexual, debido que son los elementos con que cuenta el acosador para lograr su cometido.
A esto debe agregarse que el acosador sexual en los niños en un porcentaje muy elevado, suele ser un miembro directo de la familia, con libre acceso al menor, lo que facilita enormemente este tipo de conductas.
De ahí la importancia de alertar siempre sobre la importancia de que no tienen que guardar ningún tipo de secreto con nadie, de no tener vergüenza de contar lo que les pasa, lo que sienten y lo que ven, así como no sentirse culpables si los han inducido hacia algo secreto y vergonzoso.
Todos soñamos y luchamos por tener una familia normal y feliz, pero ello no implica reconocer cualquier señal de que algo se ha salido del cauce.
Es que para lograr el abuso sexual, las armas que se usan dentro del ámbito familiar son tan sutiles como trascendentes como la mirada, el tacto y la palabra, los privilegios, las transgresiones, sutiles a veces, que favorecen la creación de una “normalidad” que no es tal.
Por ello es fundamental que el niño sepa reconocer sus sensaciones y aprender a transmitirlas.
Por ejemplo diferenciar una caricia en la cabeza, que le produce la sensación de ser protegido y querido, de la que se le realiza en la cola, sea este un familiar, un conocido de los padres, o un docente.
Esto se puede “jugar” en la casa, en el jardín o en la escuela.
Por ejemplo armando con sillas los asientos de un “colectivo”, y jugando de acompañante de viaje e insinuando distintos tipos de caricia, solicitando al niño que diga se le gustan a o no, o que le llama la atención.
También se puede escenificar una plaza y jugar roles similares.
La otra pauta a incorporar, es el tener presente que nunca deben ir a ningún lugar en donde el adulto que está a cargo, los pierda de vista.
Siempre la persona que lo cuida debe saber donde está.
Esta premisa es fundamental, porque si lo invitan o le sugieran algo, el menor tiene que acostumbrarse a hacerse la pregunta:¿ mi mamá, la señorita o quien corresponda sabrá que estoy en tan lugar, o subí a un auto de un desconocido?
Por último enseñarle que siempre que vaya a donde sea, se pregunte si de ocurrir alguna situación que lo preocupe, puede pedir ayuda.
Estas premisas tan simples como necesarias, son fundamentales en el momento de pasar por una situación de acoso sexual.
Como conclusión, no olvidar de ayudar a comunicar siempre toda duda, temor o conducta propia o de terceros, en la seguridad de que en su casa lo van a comprender, ayudar y orientar.
Nunca dudar del menor, constatar dentro de lo posible, reflexionar, serenarse.
A veces cuando se descubre que el acosador es un padrastro, tío, hermano, la versión se torna increíble y para algunas familias imposibles de metabolizar.
Aún así tomar cartas en el asunto. Hacerlo ver por un terapeuta, encarar al acusador, imponer la ley en todo su rigor.
Pocos hechos marcan con tanta fuerza como el acoso sexual en la infancia, dejando lesiones a veces indelebles y marcando el futuro de la vida de estos niños.
De nosotros , los adultos es ayudarlos a que esto no suceda.

Fernando Jijena Sánchez

MI CUERPO ES MI CUERPO

(Dado que está en francés, adjunto un comentario que permita comprender el vídeo).




                                                        https://youtu.be/tLzj3CstC7o



Este famoso programa cinematográfico en tres partes, destinado a proteger al niño contra el abuso sexual, incluye: Mi cuerpo es mi cuerpo: la película para niños (Parte 1) enseña al niño los fundamentos de la estima del yo, el discernimiento y las nociones de "toque agradable" y "toque desagradable". Mi cuerpo es mi cuerpo: la película para niños (Parte II) profundiza las nociones anteriores, brinda una definición simple de "abuso sexual" al alcance del niño y explica cómo responder a los avances de los extraños. (Mi cuerpo es mi cuerpo: la película para niños (Parte 3) aborda el tema del abuso sexual por parte de un miembro de la familia o un ser querido, le enseña al niño a usar las técnicas y el vocabulario enseñado en las dos primeras partes y pida ayuda a un adulto.

Mi cuerpo es mi cuerpo
y de nadie más.
Quien cuida su cuerpo,
su dueño será.
Con manos y piernas,
puedo jugar.
Correr y saltar,
reír y cantar.

Tirar del pelo: Sentimiento sí, sentimiento no.
En el colectivo: Temor a decir no.
Sacar afuera el no. Hacer saber lo que se siente al desconocido.
Es difícil decir no.
Vergüenza. Temor a que el adulto no le crea.
Lo importante es hablar y si es necesario, gritar.
Hockey. Le cuenta a la mamá.
Exhibicionismo  (Sentimiento de culpa)
Agresión sexual, ver, tocar o ser tocado.
El perrito, la culpa es del agresor
LAS TRES CONSIGNAS:
SENSACIÓN POSITIVA O NEGATIVA
QUE ALGÚN ADULTO SEPA DONDE ESTOY
SI SUCEDE ALGO QUE NO ME GUSTA, TENER LA POSIBILIDAD DE PEDIR AYUDA O GRITAR.





jueves, 13 de agosto de 2009


¿LE LLEVA UD. LA MOCHILA A SU HIJO?



La imagen es muy frecuente, puede ser al subir al auto, al entrar en la escuela, en la casa.
La madre o el padre van delante y el hijo detrás, en un caminar cansino, como justificando no poder acarrear su “mochila escolar”.
El que la lleva (hecha y calculada para ser transportada por un niño) parece hacerlo con orgullo y firmeza, con una aspecto de “dejá que yo te la llevo” (yo te lo hago, te lo digo, te lo escribo…)
Hasta aquí una inocente vista de la relación padres e hijos, en un acto intrascendente de la vida cotidiana. Pero he aquí que en ese intercambio de funciones, se crea una invasión en el mundo del niño, al no permitirle experimentar como propio, lo que por su edad le compete. Es que a cada edad lo suyo, si comenzamos por llevarle lo que por lógica a él le compete, difícil le va a hacer hacerse cargo de sus distintas responsabilidades a lo largo de la vida, si del vamos le trasmitimos la idea de que mamá o papá pueden, no te canses pobrecito, que no es muy distinto del no crezcas, te vas a cansar, con la contra partida del yo tengo fuerza, yo la cuido mejor, puedo más que vos..
Lo curioso del caso, es que esos mismos padres, una vez llegado su hijo a la adolescencia, y aún mucho después, suelen quejarse de que sus hijos no colaboran, dejan todo desordenado, o hay que llamarlo diez veces para ir al colegio. Y no tardan en recriminarlos por no hacerse cargo de sus responsabilidades, con el consabido “ya sos grande”, para que uno tenga que estar detrás de todo.
Misterioso designio el de estos los padres que los trataron como bebés hasta muy grandecitos, y de repente quieren que se transformen en responsables de sus quehaceres.
El desgano, la impotencia, el mal carácter, suelen ser sus corolarios.
No podemos olvidar que la educación es un continuo “in crescendo” desde el nacimiento hasta la edad adulta, en busca de una independencia, autonomía, en un conformar al individuo para que se constituya en persona adulta, y no en un sube y baja al arbitrio de padres sobreprotectores.
La pregunta ¿Será inocente el hecho de tratarlos como perpetuos bebés, para exigirles años después, que sean aquello que nosotros no les permitimos ser?

Fernando Jijena Sánchez


Comentario: El  autor deja constancia que en casos muy "excepcionales", le llevó la mochila a su nieto de cuatro años al salir del "cole" y llevarlo a su casa.
Y EL SALUDO?..

Cada tanto, léase meses si se quiere, me cruzo en la calle con un señor con un apellido que suena a egipcio, que tiene un camión con el cual se dedica a llevar tierra de un lado a otro.
Una vez se llevó de mi casa, la que había sobrado al hacer una pileta de natación; hasta aquí nada que llame la atención, pero lo que sí es poco común, es que después de treinta años, cada vez que nos cruzamos me saluda con mucha cordialidad.
Otro caso es Pablo, lo atendí en el hospital por un tema sin mayor trascendencia, una sola vez, era un niño, hoy es un hombre, siempre que lo veo en la calle, me saluda con deferencia.
Claro hasta aquí algo tan sencillo como cotidiano, si al “buenos días” nos referimos, pero parece que para algunos no lo es tanto.
Es evidente que hay gente que antes de saludar, al parecer hacen una serie de evaluaciones como sin en ello se les fuera algo muy importante, se comprometieran
en especial, o vaya uno a saber.
El hecho es que pese a haber compartido reuniones sociales, colegio de los hijos, parroquias, se quedan mirando sin saber que hacer, menos saludar.
Es como si se les “moviera la estantería”, y siguen de paso como si nunca hubiéramos existido para ellos.
Y eso los pone en situaciones incómodas, como si cada uno tiene un puntaje y según él, corresponde un saludo efusivo, un abrazo, un apretón de manos, un simple buen día, o nada.
Pero lo mas curioso es esa inseguridad que les genera, al vivir en un constante revalúo de las personas, donde la opción de no saludar, es la mejor prueba de su temor, desconfianza, o sencillamente, la necesidad de mantener una distancia del otro.
Pero mirándolo con mas detenimiento, el tema es más delicado aún, dado que habla de la pérdida del sentido de pertenencia, que cada vez es mas conflictivo, pues vivimos en una sociedad que se ha ido transformando en algo cada vez más difícil de definir, donde pareciera que la identidad, no es lo de antes, la familia, los amigos, el barrio, la escuela, la parroquia, la ciudad, el país.
Cada día son mas lo que “sueñan” con ser distintos, sin tener claro quienes son, vivir a costa de la diferenciación con el resto, antes vecino, compañero, parroquiano.
De un pueblo, provincia, país, Patria, hemos hecho un archipiélago, más doloroso aún, un espejo roto en el cual nos vemos reflejados en muchas personas iguales, sin lograr elegir cual somos, olvidando que somos lo que somos, en relación a los demás conciudadanos.

Fernando Jijena Sánchez

sábado, 8 de agosto de 2009


TENENCIA DE DROGA PARA USO PERSONAL

Señor Director
Diario La Nacion:
Ahora se habla de despenalizar la droga para uso personal, como si fuera la liberación de la esclavitud o poco menos.
Lo lamentable es que el problema está mal planteado, y así sucede con la edad de imputabilidad a los menores.
Cualquier cambio que se haga, con esa actitud tan simplista no va a llevar a ninguna parte.
Porque ambos esán íntimamente ligados a la educación, el trabajo y la salud, en especial en la gente más marginal.
No es casualidad que la "villa" sea el centro por antonomasia donde estas carencias se hacen más notables.
Excluídos en su mayoría, presentes pero casi inexistentes para el Estado, cualquier medida que se tome, y no contemple como insertalos socialmente a través de la educación, capacitación laboral, contención familiar, control del narcotráfico, menores sin hogar, etc ., es ingenuo pensar que se va a cambiar algo en la sociedad.
Cada vez va a haber más gente que robe para drogarse o se drogue para robar.
Es que es un mal tan antiguo como la Argentina, donde todo se reduce a dilemas que no aclaran ni resuelven nada.
Unitarios o federales, peronistas o antiperonistas, provincianos o porteños, la lista es de nunca acabar.
Mientras tanto las "madres del paco", quedarán agotadas de luchar por salvar a sus hijos, los menores seguirán entrando y saliendo de las comisarías, la droga se venderá igual, y los noticieros no darán abasto de tanto crímen por dos pesos en la Argentina de hoy.
Hasta que no se logre un modelo de pais con miras al futuro y ajeno al gobierno de turno e intereses electorales, es casi imposible salir adelante.
De nosotros los argentinos todos, depende.

Fernando Jijena Sánchez

jueves, 30 de julio de 2009

LA IMPORTANCIA DE LOS GESTOS

Gesto: Movimiento del rostro, de las manos o de otras partes del cuerpo con que se expresan diversos afectos del ánimo. (Diccionario de la Real Academia Española)
Gesto es aquello que primero mostramos, anterior a la palabra, lo inicial, lo pequeño, aparentemente intrascendente, pero que es la muestra de lo que probablemente vendrá.
Nos define en nuestro accionar, nos prefigura de manera sutil, a veces casi inadvertida, otras no tanto. Es elemental en la vida de relación humana, en cuanto a que lugar le damos al otro en cuanto tal, sin nombre ni apellido.
Muy bien ejemplifica J. Corominas en su Breve diccionario etimológico de la Lengua española, el “otro entre dos”.
Y por que digo importancia, porque todo en la vida o casi todo se inicia con un gesto, ya sea en un acto de respeto, de clemencia, amor o de indiferencia, elemento éste fundamental para comprender el robo, la corrupción, la tortura o el asesinato.
Todos sabemos lo que puede la mirada, de manera metafórica y a veces no tanto, como acariciar, suplicar, perdonar, comprender, amar, matar…
Por ello en toda acción humana, en especial cuando va dirigida hacia otro, hay un antecedente, un historial, que hace comprensible desde un acto de heroísmo o una muerte por venganza.
Muestra de ello es la educación, las normas de conducta, el vocabulario que usamos, nuestro comportamiento en la mesa, que son los parámetros dentro de los cuales nos manejamos, teniendo siempre presente que su trasgresión no sólo se limita a lo formal, sino que abre de manera muy sutil las compuertas del descontrol, dado que fueron instituidos de manera consuetudinaria, o sea por las costumbres a fin de que hayan reglas de juego básicas en el trato social.
Es que por encima de todo, con los gestos demostramos lo que sentimos por el otro y en que medida lo diferenciamos de lo que llamamos cosa.
Porque cuando lo cosificamos entramos en un tembladeral donde según el nivel socio cultural que desempeñemos, podremos recurrir a una conducta utilitaria, donde en la medida en que me interfiere lo niego, lo rechazo, lo distancio de mí, y con ello pasa a ser un medio para el logro de mis objetivos, sea robo, corrupción, muerte.
Probablemente uno de los rasgos de este mundo que nos toca vivir, es precisamente ésto, hemos olvidado que como en la teoría del caos, el vuelo de una mariposa puede desencadenar un temporal a miles de kilómetros.

Fernando Jijena Sánchez

viernes, 24 de julio de 2009

LAS VILLAS



Se­ñor Di­rec­tor:
"El problema de la delincuencia proveniente de las villas de emergencia no se va a resolver con más gendarmes o policías. El único camino es la integración de esa población a través de la educación, instalando escuelas; la salud, con salas de atención primaria; el trabajo, con los controles elementales; la policía, instalando comisarías; la capilla, etcétera.
"Es hacer de cada villa un pueblo. De lo contrario vivirán siempre ajenos y excluidos del sistema, lo que hace que vean a enemigos fuera de la villa. Gente sin educación, sin familia, sin perspectivas de asimilarse a la sociedad va a seguir haciendo lo mismo que hasta ahora: drogarse para robar o robar para drogarse.
"Por supuesto que no todos los que viven en la villa son delincuentes y tampoco los que viven afuera son ejemplos de vida en su totalidad.
"Sólo integrándolos a la sociedad, haciéndolos sentirse parte de ella, podremos lograr un cambio."

Fernando Jijena Sánchez
Publicada en el Diario La Nación el 2 de noviembre de 2008

FELICES LOS QUE SE ANIMAN A SOÑAR.

A María Valeria Atela, Creadora y directora de la Orquesta- Escuela de Chascomús, Provincia de Buenos Aires, que supo compartir su sueño con su gente, hoy una realidad digna del mejor elogio. (www.orquesta-escuela.com.ar)



¿Quién no quiere ser feliz?; ¿ Quién no hizo lo imposible para serlo ?, ese estado de ánimo tan escurridizo y al mismo tiempo tan deseado, al decir de Julián Marías, “un imposible necesario”.
Es cierto, son muchos los que se quejan de no ser felices, como si la felicidad fuera un don que nos debe ser dado por el hecho de haber nacido en este mundo, o nos lo deben dar nuestros padres, la sociedad, o vaya uno a saber quien.
Peor aún, cuando uno percibe un cierto estado de insatisfacción , de resentimiento o envidia en quienes se lamentan de no poseer el tan buscado y necesitado bien.
Sin embargo hay personas a quien se las ve felices, con entusiasmo por lo que hacen, con pasión, vocación, amor y perseverancia en lo que realizan, y quisiera aproximar algún elemento que los caracterice para tener una mayor comprensión del por que viven en un estado de alegría casi permanentes.
En general uno lo puede observar y sirve al mismo tiempo como sencillo test de autoevaluación para saber si uno es mucho, poco o nada feliz.
En primer lugar la bondad, es imposible ser feliz sin esta cualidad, por el sencillo motivo que sin ella no hay paz interior y sin paz interior no hay felicidad.
Segundo, sentido solidario, tener la necesidad de compartir con otros nuestra felicidad, brindándonos de alguna manera, descubriendo al otro, como compañero de ruta de la vida y coparticipe de la nuestra.
En tercer lugar diría generosidad, dado que sin ella la vida está muy circunscripta a lo que nos pasa y muy difícil podemos lograr el enriquecimiento espiritual que nos pueda hacer sentir felices.
Por último, por nombrar solo algunos elementos que hacen a la felicidad, agregaría la capacidad de soñar, pero en miras de un ideal, difícil o imposible de lograr pero ideal al fin. Como quien dice, saber mirar hacia las estrellas, descubrir la que más nos ilumine y vivir con la idea puesta en el sueño que a través de ella hemos descubierto.
Es que no debemos olvidar que la felicidad es un bien del espíritu, que tiene que ver mucho con la belleza y la paz interior, que no se consigue por medio del dinero sino a través de una “conversión interior”, la cual nos lleva a ese estado
Ese es nuestro desafío frente a la vida, ser felices y dar testimonio de ello a los que nos rodean.

Fernando Jijena Sánchez







EL BALLET CLÁSICO, darle a la vida un sentido...


Dedicado a Isabel Guerin, bailarina Estrella de la Opera Ballet de París

Darle a la vida un sentido, tener alegría de vivir, transformar el cuerpo en mágico instrumento, elevarse una y otra vez como si se tuviera alas desafiando la ley de la gravedad, girar y girar cual torbellino de vida, belleza y elegancia, es lo más parecido al ballet clásico.
Es que en cuanto se levanta el telón, se crea entre el protagonista principal o los principales, en general dos, y el público, una corriente de comunicación que no suele darse en otras circunstancias, donde el espectador se ve transportado a un mundo de vida, magia y color, donde la expresión corporal alcanza un grado tal que es muy difícil describir ni comparar.
Quien duda de que se está ante alguien con un don superior, capaz de expresar la pasión por la vida, porque de eso se trata, con tanta delicadeza y armonía. Por ello es que con reiterada insistencia quienes lo vemos desde “afuera”, nos preguntamos que hay detrás de todo esto, de esta bailarina o bailarín que logra emocionarnos, transportarnos por un tiempo a un mundo que en general no es el nuestro, para regalarnos este mensaje de vida en plenitud.
Tampoco es fácil contestarse respecto a quienes son, como han llegado, cuanto empeño han puesto y ponen, como es su diario transcurrir, para brillar en el firmamento de un teatro transformado en algo que parece inasible.
De lo que sí no hay dudas, es que para convertirse en un bailarín de primer nivel, la disciplina, perseverancia, voluntad y sacrificio son imprescindibles, rasgos estos que en general uno se los “auto impone” , lo que implica un dominio de sí mismo muy importante.
Es que en una época donde lo mediocre es casi la norma, uno se interroga como son los que han llegado a realizarse en un primer nivel de excelencia, reconocimiento y dedicación.
Todos sabemos que para aspirar a “ser alguien” en la vida, es necesario haber aceptado un desafío, recorrido un camino, haberse propuesto una meta.
Podríamos por cierto incluir aquí también a científicos, líderes de distinto orden, músicos, profesionales, artistas, deportistas etc, que hacen de su vida un proyecto mayúsculo, y se brindan en su totalidad sin descanso, en miras de una estrella que cada tanto anuncia que se ha nacido distinto.
Horas y horas de dedicación, consagración sería el término, en aras de una vocación, de un ideal que llama en la vida a algo superior, a veces un imposible, pero que nada ni nadie puede detener.
Hay que “sumergirse”, dar todo de uno, y al mismo tiempo darse cuenta que en esa entrega está implícito un crecimiento como persona.
Es que las dificultades no existen o no se tienen en cuenta, es el amor a lo que uno hace lo que permite realizar un “ideal de excelencia”.
No hay “suerte”, hay “entusiasmo sin límite” que no es lo mismo.
Es por ello que terminado el espectáculo se aplaude y se aplaude, algunos de pie, como reconocimiento y agradecimiento por los momentos vividos, pero también con la satisfacción de haber compartido algo tan grato, que invita una y otra vez a vivir una vida de superación permanente, teniendo como mira nuestros sueños. El resto son palabras, nada más.
Fernando Jijena Sánchez 






Isabel Guerin


jueves, 23 de julio de 2009

VIOLENCIA Y SIEMPRE MAS VIOLENCIA

Absortos, al límite del agotamiento moral y emocional, incrédulos frente a un presente que nos muestra un perfil siniestro como nunca, los argentinos no salimos del asombro.
Convencidos que “nos pasan” cosas, eternas víctimas del devenir, no sólo vivimos aterrorizados, sino que en nuestro afán de encontrar a quien enrostrarle nuestros males, comenzamos de a poco a interrogarnos si no hay alguna responsabilidad nuestra en todo esto.
¿ Habremos llegado al límite de la ingenuidad, cargada muchas veces de hipocresía, para comenzar a replantear lo que como sociedad nos acontece, en lo referente a la violencia e inseguridad ?
Frente a una delincuencia basada en la ambición desmedida, el desprecio absoluto y total por el otro, alimentada con el resentimiento, confiada en la impunidad, se va creando un clima de impotencia, confusión y temor, que de por sí, aumenta este círculo vicioso del cual pareciera que no hay salida.
Estamos algo así como en una ciudad después de un bombardeo, de una inundación, donde se ha perdido todo o casi todo, así como sólo entre todos podemos ayudar a reconstruirla.
Es que si no tomamos conciencia de que detrás de toda esta “delincuencia organizada”, hay complicidad de determinadas autoridades, de lo contrario sería imposible que creciera y se mantuviera al nivel que ha llegado, así como de gran parte de los damnificados, que con el criterio de que aún robados, violados o secuestrados , seguimos pensando en lo que más nos conviene, no efectuando la correspondiente denuncia, o negando lo sucedido, sin dejar de reconocer el importante papel que juegan jueces, fiscales, legisladores, etc. es prácticamente imposible encontrarle solución.
Solo con un cambio de actitud, comprendiendo que lo que le pasa a la sociedad en general, me afecta a mi en lo personal, será posible salir de este atolladero.
Mientras sigamos actuando como individuos, creyendo que el “sálvese quien pueda”, como el prototipo de nuestra “viveza criolla ”, es nuestra mejor solución, seremos un pueblo sin historia ni destino.
Antes venían por los demás, hoy no sólo por lo nuestro, sino por nosotros mismos, léase amputación de un dedo, o más, para que el dominio y el temor sean mayores.
Por ello es tan necesaria la reflexión, en cada hogar, en la oficina, en cada encuentro, para aunar criterios y esfuerzos que nos permitan superar tan difícil trance.
De nosotros, de todos nosotros, hoy más que nunca depende nuestro futuro.

Fernando Jijena Sánchez