martes, 1 de enero de 2019

LO QUE CURA ES EL AMOR


                                           Consultorio de Sigmund Freud, Londres



A María del Carmen G.  por su  sencillez y calidad humana.


Sentirse deprimido, haber perdido el sentido de la vida, incomprendido, desvalorizado, sin autoestima, incomunicado, sólo, abandonado, sin nadie con quien dialogar, sin futuro ni esperanza,con el niño que todos llevamos dentro pidiendo ayuda, con miedos y más miedos, lastimado, dolorido, en llaga viva.

Pedidos de ayuda, al hermano, al padre, la madre, la mujer, el esposo, los amigos, conocidos, a los que prometen ayudar, curar, aliviar el dolor, recuperar la ilusión perdida, psiquiatras, psicólogos, consultores, “counsellors”, asesores, ayudadores, videntes, magos.

Métodos y más métodos, gestalt, psicoanálisis, transaccional, interpersonal, cognitivo conductual, psicodrama, individual, grupal, ambulatorio , internado, con psicofármacos ó sin ellos, flores de Bach, flores del jardín, homeopatía, cura de sueño, viajes, cruceros, spa, iglesias que sanan, pastores, curas, y la lista es interminable. Con diván ó sin diván, de frente o de costado, en silla giratoria o fija, con foto de Freud, o de la abuela, de los hijos, del equipo de fútbol de la escuela.

Masters, altos promedios, pasantías, becas, cursos, trabajos de“investigación”, premios, libros, apariciones en TV, prensa escrita.

Tanta preocupación por los que sufren, por parte de los que se empeñan en curar, que a momentos parecen tantos como los que quieren ser curados.

Todo esto y mucho más, para que, después de muchos años de haber vivido y compartido el dolor y la esperanza de tantos pacientes, comprender algo tan sencillo como necesario, tan humano al fin, que aparte de la dedicación y capacitación, lo que cura es el poder ponerse en el lugar del otro, y por encima de todo con amor, ayudarle a encontrar un nuevo camino.

Recordemos a San Pablo, carta a los Corintios I,  13, 1-13

“Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo que retiñe. 

Aunque tuviera el don de la profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera toda la fe, una fe capaz de trasladar montañas, si no tengo amor, no soy nada..

El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tiene en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad. 

El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. 

Cuando llegue lo que es perfecto, cesará lo que es imperfecto.

Mientras yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño, pero cuando me hice hombre, dejé a un lado las cosas de niño.

En una palabra, ahora existen tres cosas: la fe, la esperanza y el amor, pero la más grande todas es el amor”. 

Fernando Jijena Sánchez





                                                             Momentos de soledad...



                                                             Tony Robert-Fleury (1876)

Phillippe Pinel, médico psiquiatra director del Hospital de la Pitié-Salpêtrière, París,
en 1795 liberó a los enfermos psiquiátricos de sus cadenas y los reconoció como enfermos, produciendo un importantísimo cambio en la especialidad.



                                           Hospital de la Pitié-Salpêtrière, París.