LO QUE CURA ES EL AMOR
Momentos de soledad...
Phillippe Pinel, médico psiquiatra director del Hospital de la Pitié-Salpêtrière, París,
en 1795 liberó a los enfermos psiquiátricos de sus cadenas y los reconoció como enfermos, produciendo un importantísimo cambio en la especialidad.
Hospital de la Pitié-Salpêtrière, París.
Sentirse deprimido, haber perdido el sentido de la vida,
incomprendido, desvalorizado, sin autoestima, incomunicado, sólo, abandonado,
sin nadie con quien dialogar, sin futuro ni esperanza,con el niño que todos
llevamos dentro pidiendo ayuda, con miedos y más miedos, lastimado, dolorido,
en llaga viva.
Pedidos de ayuda, al hermano, al padre, la madre, la mujer, el
esposo, los amigos, conocidos, a los que prometen ayudar, curar, aliviar el
dolor, recuperar la ilusión perdida, psiquiatras, psicólogos, consultores,
“counsellors”, asesores, ayudadores, videntes, magos.
Métodos y más métodos, gestalt, psicoanálisis, transaccional,
interpersonal, cognitivo conductual, psicodrama, individual, grupal,
ambulatorio , internado, con psicofármacos ó sin ellos, flores de Bach, flores
del jardín, homeopatía, cura de sueño, viajes, cruceros, spa, iglesias que
sanan, pastores, curas, y la lista es interminable. Con diván ó sin diván, de
frente o de costado, en silla giratoria o fija, con foto de Freud, o de la
abuela, de los hijos, del equipo de fútbol de la escuela.
Masters, altos promedios, pasantías, becas, cursos, trabajos
de“investigación”, premios, libros, apariciones en TV, prensa escrita.
Tanta preocupación por los que sufren, por parte de los que se
empeñan en curar, que a momentos parecen tantos como los que quieren ser
curados.
Todo esto y mucho más, para que, después de muchos años de haber
vivido y compartido el dolor y la esperanza de tantos pacientes, comprender algo
tan sencillo como necesario, tan humano al fin, que aparte de la dedicación y
capacitación, lo que cura es el poder ponerse en el lugar del otro, y por
encima de todo con amor, ayudarle a encontrar un nuevo camino.
Recordemos a San Pablo, carta a los Corintios I, 13, 1-13
“Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los
ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo que
retiñe.
Aunque tuviera el don de la profecía y conociera todos los
misterios y toda la ciencia, aunque tuviera toda la fe, una fe capaz de
trasladar montañas, si no tengo amor, no soy nada..
El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no
hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés,
no se irrita, no tiene en cuenta el mal recibido, no se alegra de la
injusticia, sino que se regocija con la verdad.
El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo
soporta.
Cuando llegue lo que es perfecto, cesará lo que es imperfecto.
Mientras yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño,
razonaba como un niño, pero cuando me hice hombre, dejé a un lado las cosas de
niño.
En una palabra, ahora existen tres cosas: la fe, la esperanza y el
amor, pero la más grande todas es el amor”.
Momentos de soledad...
Tony Robert-Fleury (1876)
en 1795 liberó a los enfermos psiquiátricos de sus cadenas y los reconoció como enfermos, produciendo un importantísimo cambio en la especialidad.
Hospital de la Pitié-Salpêtrière, París.