domingo, 16 de agosto de 2009


ACOSO SEXUAL EN LA INFANCIA, SU PREVENCIÓN

Pocas cosas irrumpen con tanto dolor, indignación, culpa y desconcierto, como el enterarse que un hijo, sobrino o nieto ha sido víctima de acoso sexual.
Pero al mismo tiempo es muy difícil que los padres, en particular, concurran a la consulta para interiorizarse acerca de la prevención del tema de referencia.
El primer error, si así puede llamársele, es el creer que negando ciertas cosas, evitamos que sucedan. Por ello hay tantas de las que “no se habla”, por la simple razón que generan mucha angustia.
Sin embargo veremos que si bien es imposible prevenirlo en un cien por ciento, hay toda una gama de medidas y charlas que podemos tener con los pe-
queños a fin de que sepan mínimamente como actuar.
Partamos del principio que es imprescindible que dentro de la familia se desarrolle y estimule la comunicación entre sus miembros, elemento fundamental en lo que se hace a todo tipo de prevención.
Por otra parte todo aquello que favorezca lo secreto, lo vergonzoso y lo culposo, es material propicio para que nuestros hijos sean víctimas del acoso sexual, debido que son los elementos con que cuenta el acosador para lograr su cometido.
A esto debe agregarse que el acosador sexual en los niños en un porcentaje muy elevado, suele ser un miembro directo de la familia, con libre acceso al menor, lo que facilita enormemente este tipo de conductas.
De ahí la importancia de alertar siempre sobre la importancia de que no tienen que guardar ningún tipo de secreto con nadie, de no tener vergüenza de contar lo que les pasa, lo que sienten y lo que ven, así como no sentirse culpables si los han inducido hacia algo secreto y vergonzoso.
Todos soñamos y luchamos por tener una familia normal y feliz, pero ello no implica reconocer cualquier señal de que algo se ha salido del cauce.
Es que para lograr el abuso sexual, las armas que se usan dentro del ámbito familiar son tan sutiles como trascendentes como la mirada, el tacto y la palabra, los privilegios, las transgresiones, sutiles a veces, que favorecen la creación de una “normalidad” que no es tal.
Por ello es fundamental que el niño sepa reconocer sus sensaciones y aprender a transmitirlas.
Por ejemplo diferenciar una caricia en la cabeza, que le produce la sensación de ser protegido y querido, de la que se le realiza en la cola, sea este un familiar, un conocido de los padres, o un docente.
Esto se puede “jugar” en la casa, en el jardín o en la escuela.
Por ejemplo armando con sillas los asientos de un “colectivo”, y jugando de acompañante de viaje e insinuando distintos tipos de caricia, solicitando al niño que diga se le gustan a o no, o que le llama la atención.
También se puede escenificar una plaza y jugar roles similares.
La otra pauta a incorporar, es el tener presente que nunca deben ir a ningún lugar en donde el adulto que está a cargo, los pierda de vista.
Siempre la persona que lo cuida debe saber donde está.
Esta premisa es fundamental, porque si lo invitan o le sugieran algo, el menor tiene que acostumbrarse a hacerse la pregunta:¿ mi mamá, la señorita o quien corresponda sabrá que estoy en tan lugar, o subí a un auto de un desconocido?
Por último enseñarle que siempre que vaya a donde sea, se pregunte si de ocurrir alguna situación que lo preocupe, puede pedir ayuda.
Estas premisas tan simples como necesarias, son fundamentales en el momento de pasar por una situación de acoso sexual.
Como conclusión, no olvidar de ayudar a comunicar siempre toda duda, temor o conducta propia o de terceros, en la seguridad de que en su casa lo van a comprender, ayudar y orientar.
Nunca dudar del menor, constatar dentro de lo posible, reflexionar, serenarse.
A veces cuando se descubre que el acosador es un padrastro, tío, hermano, la versión se torna increíble y para algunas familias imposibles de metabolizar.
Aún así tomar cartas en el asunto. Hacerlo ver por un terapeuta, encarar al acusador, imponer la ley en todo su rigor.
Pocos hechos marcan con tanta fuerza como el acoso sexual en la infancia, dejando lesiones a veces indelebles y marcando el futuro de la vida de estos niños.
De nosotros , los adultos es ayudarlos a que esto no suceda.

Fernando Jijena Sánchez

MI CUERPO ES MI CUERPO

(Dado que está en francés, adjunto un comentario que permita comprender el vídeo).




                                                        https://youtu.be/tLzj3CstC7o



Este famoso programa cinematográfico en tres partes, destinado a proteger al niño contra el abuso sexual, incluye: Mi cuerpo es mi cuerpo: la película para niños (Parte 1) enseña al niño los fundamentos de la estima del yo, el discernimiento y las nociones de "toque agradable" y "toque desagradable". Mi cuerpo es mi cuerpo: la película para niños (Parte II) profundiza las nociones anteriores, brinda una definición simple de "abuso sexual" al alcance del niño y explica cómo responder a los avances de los extraños. (Mi cuerpo es mi cuerpo: la película para niños (Parte 3) aborda el tema del abuso sexual por parte de un miembro de la familia o un ser querido, le enseña al niño a usar las técnicas y el vocabulario enseñado en las dos primeras partes y pida ayuda a un adulto.

Mi cuerpo es mi cuerpo
y de nadie más.
Quien cuida su cuerpo,
su dueño será.
Con manos y piernas,
puedo jugar.
Correr y saltar,
reír y cantar.

Tirar del pelo: Sentimiento sí, sentimiento no.
En el colectivo: Temor a decir no.
Sacar afuera el no. Hacer saber lo que se siente al desconocido.
Es difícil decir no.
Vergüenza. Temor a que el adulto no le crea.
Lo importante es hablar y si es necesario, gritar.
Hockey. Le cuenta a la mamá.
Exhibicionismo  (Sentimiento de culpa)
Agresión sexual, ver, tocar o ser tocado.
El perrito, la culpa es del agresor
LAS TRES CONSIGNAS:
SENSACIÓN POSITIVA O NEGATIVA
QUE ALGÚN ADULTO SEPA DONDE ESTOY
SI SUCEDE ALGO QUE NO ME GUSTA, TENER LA POSIBILIDAD DE PEDIR AYUDA O GRITAR.