jueves, 23 de julio de 2009


TRAUMAS DE LA VIDA SEXUAL.

Se ha instalado el debate acerca de la reforma del Código Penal, y quiero hacerles llegar una reflexión que considero fundamental para ser tenida en cuenta: diferenciar el sexo oral de la violación es no entender en absoluto lo que significa para una mujer el ser obligada a hacerlo.
No conozco a ninguna que habiendo sido víctima de una "agresión sexual" (quizás éste sería el término correcto) que diferencie una de la otra, o que se sienta menos victimizada porque sólo se le obligó a practicar sexo oral. El concepto, a mi criterio, debe ser unificado porque la victimización se da fundamentalmente en el plano emocional, en lo psicológico y secundariamente en lo físico. Al revés de lo que se les reclama a las víctimas en la Justicia, como ser lesiones físicas, si fue o no penetrada, ADN, etc., etc. En todo caso, es la psiquiatría forense la que tiene que tener la última palabra.
Es innumerable la cantidad de mujeres que, como psiquiatra, veo casi a diario, que sólo viven el trauma de la violencia sexual sin siquiera poder recordar otra cosa que una terrible sensación de abuso, ultraje, violencia, impotencia, asco, vergüenza, incomprensión social y muchas veces familiar.

Fernando Jijena Sánchez


Publicado en el diario Clarin el 24 de junio de 2006